lunes, 9 de agosto de 2010

Paranoias

Estaba yo viendo en el telediario de ayer las ahumadas calles de Moscú y reflexionando sobre todo el bien que el capitalismo le ha traído a la vieja Rusia cuando la imagen cambia al aeropuerto de Barajas. Allí, una reportera ha localizado un ciudadano español con billetes para irse a Moscú de vacaciones con su familia. Ante la doble pregunta “¿qué piensa hacer?, ¿piensa ir de todas maneras?, el ciudadano contesta. “Sí, vamos a ir. He comprado una mascarilla para cada uno y ya veremos. Mejor no pensarlo”.

Sí señor, con dos cojones: “mejor no pensarlo”, no vaya a ser que la conclusión no me guste y me vea obligado a cambiar mis planes. Estamos, señoras y señores, ante un ser libre, auténticamente el libre, completamente independiente de la razón y de todo condicionante que pueda modificar sus impulsos, un ser que no se arredra ante las contingencias de la vida.

Estas demostraciones de sabiduría popular me emocionan. Ver que siglos, milenios de pensamiento e investigación, de experimentación y reflexión no han podido doblegar la sinrazón vale más que todos los tratados de antropología juntos. ¿Progreso? Qué tontería.

Todos nacemos cromagnones. Lo asombroso, lo verdaderamente esperanzador, es que muchos mueren cromagnones.

PD: Vengo un tiempo dándoles vueltas a un blog en el que explicitar y coleccionar mis paranoias. Una de ellas tiene que ver con frases del estilo de “mejor no pensarlo”: me parecen tan geniales que no puedo evitar pensar que han sido acuñadas por algún think tank ancestral cuyo objetivo es salvaguardar la estupidez humana. Sirva esta entrada para invitaros a Homo paranoicus. [Nota del 7-1-2011: Homo paranoicus dejó de existir poco después]. 

viernes, 6 de agosto de 2010

Mr. Nobody

Ando estos días dándole vueltas al concepto de libertad. Como último paso me he puesto a pensar en la libertad total. La idea que tenemos sobre ella es simple: uno es totalmente libre cuando puede elegir sin que su elección se vea limitada por condicionante alguno.

Más allá de la imposibilidad de este hecho, esta idea muestra nuestra mezquindad de miras, nuestra simpleza. Que esta sea producto de los límites que nos impone el mundo físico no quita para que la idea sea de una completa mezquindad.

La libertad total no consiste en elegir un de los caminos, sino en poder seguirlos todos, o solo la mitad, o los que se quiera. Más aún, la libertad total incluye la posibilidad de rectificar, de rehacer el pasado conocidas las consecuencias futuras. ¿Cómo podemos llamar libertad a actuar ignorante de las consecuencias de nuestros actos?

Bueno, pues en estas estoy cuando voy al cine, veo Mr. Nobody, dirigida por Jaco Van Dormael, y me encuentro con una película que habla de la libertad, y de la multiplicidad de los caminos, y de la complejidad. Mr. Nobody es una película emocionante, divertida, extremadamente inteligente y visualmente extraordinaria que habla de cómo el tiempo, el caos y la entropía configuran las decisiones de los seres humanos, es decir, su libertad.

Asesorado por gente como Schuiten y Peeters (La ciudades oscuras) o la filósofa Isabel Stengers (La nueva alianza), Van Dormael ha filmado un guión espectacular con un montaje complejo y, sin embargo, perfectamente inteligible. Y es que la oscuridad suele ocultar la falta de ideas, mientras que esta película es luminosa.

Resumiendo: una verdadera gozada que, en mi caso, solo se ha visto empañada por una profunda e incurable envidia.